Es cierto que las tecnologías han
avanzado mucho y con ellas, las vidas de las personas.
¿Quién podía pensar que a través de
una pantalla podría hablar con la persona que quisiera, en el lugar que
quisiera y en un momento cualquiera?
Las redes sociales tienen muchas
ventajas en el mundo en el que vivimos. Gente que vive separada de sus seres
queridos y que no los puede ver todas las veces que quisiera o que ni si quiera
puede oír sus voces.
Todo esto ha cambiado, todo el mundo
puede comunicarse en el momento en que quiera y con las personas que le
apetezca.
Todos podemos compartir con todo el
mundo todo lo que hacemos diariamente e incluso momento a momento.
Pero ¿hasta qué punto son positivas
las redes sociales? ¿es bueno que todos puedan saber lo que hacemos y lo que
dejamos de hacer? ¿qué pasa con nuestra privacidad?
Las personas más próximas a nosotros
tienen todo el derecho a saber qué pasa en nuestra vida, pero y los amigos de
nuestros amigos, por ejemplo, ¿tienen derecho? Solo porque los tengamos en
alguna red social, ¿ya pueden saber todo lo que nos pasa?
Creo que esta
sociedad en la que vivimos está degenerando. Estamos cayendo en un bucle en el
que nosotros queremos saber de la vida de los demás y viceversa y esto parece
un círculo vicioso.
En muchas ocasiones, estas, en lugar
de ayudarnos nos dificultan las cosas.
En las redes sociales se guarda todo,
pero absolutamente todo lo que has compartido o alguien ha compartido sobre ti.
Sí, incluso una foto que desearías que nunca hubiera salido de tu móvil,
también está ahí, expuesta.
Y hasta las conversaciones más
privadas que hayas podido tener con alguna persona sobre algún tema realmente
serio que, por pereza, o quizá por respeto, no has querido hablarlo cara a cara
con esa persona. Esa conversación también está ahí archivada y nunca podrá ser
eliminada por completo.
No quiero decir que las redes
sociales deberían estar prohibidas y eliminadas de la tecnología, ¡para nada!
Solo digo que a lo mejor las personas deberíamos ser más conscientes de lo que
realmente queremos compartir y aquello que queremos guardar para nosotros.
Las redes sociales nos hacen la vida
mucho más fácil de lo que nos podemos imaginar, pero a la vez, estas se pueden
convertir en nuestras peores enemigas y desgraciarnos las vidas para siempre.
Andrea Menal
Dobarro.
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